Una tarde divertida
Después de una larga siesta de tres horas, hemos podido conocer un poco más de Leipzig, yendo a una bolera. Era un pequeño pero agradable local en el que pasamos una buena tarde acompañadas de patatas y coca-cola. La partida de bolos estuvo muy reñida, pero finalmente Aitor ganó. Para terminar el dia, hemos ido a por una pizza donde compartimos buenos momentos y muchas risas.
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