por Sara Nevares Alonso y Maria Solera Alarcia

Nuestros nombres son Sara y María, somos dos chicas españolas, nos encanta viajar juntas y este año decidimos hacer un viaje a la capital alemana. Para nuestras tres semanas de estancia en Berlín escogimos hacer el viaje junto con un programa de voluntariado y un curso de alemán. Ambas actividades las realizábamos de lunes a jueves y así podíamos disfrutar libremente del fin de semana.

El voluntariado lo realizábamos por las mañanas en un centro de Cáritas, concretamente en el apartado de recogida de ropa para aquellos que lo necesiten. El ambiente era muy familiar, cada día iban nuevos voluntarios. Es increíble ver la cantidad de gente que en vez de optar por tirar tanto su ropa como cualquier otro elemento útil para una casa, prefieren darle una segunda vida que pueda ayudar a otras personas que lo necesitan más que ellos. La mayoría de estas personas eran inmigrantes de diversas nacionalidades, principalmente de origen ucraniano debido a su situación actual, esto suponía dificultades añadidas como puede ser a la hora de comunicarse el utilizar un idioma u otro. Pero a pesar de esto nos llevamos una grata experiencia que estaríamos encantadas de repetir en otra ocasión.

Las clases de alemán las realizábamos en una academia al lado de Alexanderplatz, estábamos apuntadas a un curso intensivo y teníamos tres horas al día cuatro días a la semana, como hemos explicado anteriormente. Puede parecer pesado tantas horas y tantos días seguidos de clases, pero eran bastante interactivas y se hacían más amenas.

Los fines de semana aprovechábamos al máximo. Recorrimos Berlín visitando algunos de los lugares más emblemáticos como la Puerta de Brandemburgo, el Museo de Pérgamo, el Reichstag, la Isla de los Museos, la East Side Gallery (el muro de Berlín), el barrio judío…Aparte de todo esto también tuvimos tiempo de conocer y disfrutar el ocio de la capital, tanto sus bares y restaurantes como sus centros comerciales.

En nuestro último día optamos por recorrer Postdam, una pequeña pero preciosa ciudad cercana a Berlín que nos habían recomendado en varias ocasiones. Nos gustó mucho el sitio y terminamos el día viendo el atardecer en una playa cercana.

Respecto al alojamiento, Menura Tours nos ha encontrado una habitación en una casa en la que vivía una pareja. La localización de la casa era excelente y el trato de los caseros inmejorable, nos sentimos como en casa!!

Respecto al viaje en general, agradecemos un montón el tiempo y la ayuda que nos ha prestado Jenny, que en todo momento, tanto antes como durante el viaje, ha estado siempre pendiente de si teníamos algún problema o necesitábamos cualquier cosa.Desde luego una experiencia única, que recomiendo sin duda alguna y que nosotras no dudaríamos en repetir!!