Lübeck es un destino que siempre merece la pena visitar.
Su casco antiguo, dominado por las siete torres de sus iglesias, es visible desde lejos. El centro de la ciudad medieval, una isla bordeado por los ríos Trave y Wakenitz, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.
Con unos 1.800 edificios protegidos del estilo gótico de ladrillo, el centro histórico de Lübeck es el primero en Europa del norte en ser declarado Patrimonio de la Humanidad en su totalidad. Entre estos edificios se encuentran sus típicas casas con techado a dos aguas, la famosa Puerta de Holsten (el símbolo de la ciudad), sus cinco iglesias grandes y el histórico ayuntamiento, desde el que se sigue gobernando la ciudad.
Una característica especial de la ciudad es su laberinto de 90 pequeños pasillos y patios residenciales históricos (también restos de la arquitectura medieval de la ciudad). A veces no tan fáciles de encontrar, estos mundos ocultos invitan a descubrir y vivir el pintoresco y a la vez único romanticismo de las casas traseras de Lübeck.
Numerosos monumentos y museos son testigos de lo próspera que fue Lübeck en el pasado. A mitad del siglo XIV, la ciudad consiguió establecerse como la ciudad comercial más importante del norte de Europa y, desde entonces, se la conoce como la capital de la Liga Hanseática, o Reina de la Liga Hanseática. Hoy en día, unos 200.000 habitantes viven en esta histórica y vibrante ciudad universitaria. A pesar de su manejable tamaño, Lübeck cuenta con una variada y amplia oferta cultural, como las noches de los museos y del teatro, el festival del cine nórdico, las producciones en el escenario al aire libre, los cines, las lecturas, el día del taller abierto, etc….
La ciudad también se hizo famosa por la novela del siglo de Thomas Mann “Buddenbrooks”, que está situada en Lübeck y le hizo ganar al autor el Premio Nobel de Literatura en 1921, y sobre todo por su exitosa producción de mazapán. La empresa de producción más conocida, “Niederegger”, se fundó ya en 1806 y sigue siendo una empresa familiar.
Ellos comercializan su producto en una casa histórica en el centro de la ciudad, que además alberga un museo del mazapán y una cafetería, que se ha convertido desde hace tiempo en un lugar turístico muy popular. Ahí se puede disfrutar de la especial calidad del mazapán fino exportado a nivel mundial en un ambiente muy especial.
En la propia cafetería con fábrica de mazapán y el museo del mazapán adyacente, que se ha convertido desde hace tiempo en un lugar turístico muy popular, se puede disfrutar de la especial calidad del mazapán fino exportado a nivel mundial en un ambiente muy especial.
El barrrio de Travemünde está a unos 20 kilómetros del centro de la ciudad. El balneario del Báltico se caracteriza por la arquitectura de balneario de principios de siglo e invita a relajarse con su gran paseo marítimo, la playa, el mar y el ambiente marítimo. Desde aquí parten ferris a Suecia, Finlandia, Lituania y Letonia.
Cerca, en la bahía de Lübeck, se encuentra también el parque de atracciones “Hansapark”, que ocupa más de 400.000 m2 y ofrece a sus visitantes mucha diversión y acción con más de 125 atracciones.